Tonight.
A toda marcha por entre los edificios, a toda marcha como siempre.
Y adentro lentamente tragando saliva para continuar respirando.
Es esto lo que me hace sentirme viva. No es más. Es la exploración profunda de los rincones que habitan en mi interior, es la insensatez de querer descubrirlos, es la valentía de poder explorarlos.
Son los abismos, es el ser que se extiende hacia lo ancho y largo para que el mundo me atraviese.
Cada poro, que como siempre, transcurre en un instante.
Cada vida, que como siempre, es prescindible.
Cada año que pasa, que es un día para quienes viven 300 veces más que nosotros y que es un uno con muchos ceros a la izquierda al lado del transcurso de otros seres.
Cada persona que se esconde bajo la misma piel, dentro de mi piel, está aquí hoy presente en mí.
Y esta noche, lanzo un grito de llamado a quienes sienten como yo, a quienes escuchan ruido en medio de muchos argumentos lógicos, a quienes tienen mi misma sangre.
Hoy lanzo un pedido de guía hacia el infinito, para recibir, como siempre, sólo lo mejor. Lo único que el universo ofrece.
Hoy me siento más que nunca ajena a este mundo. Me siento agradecida con todos los sentimientos que puedo seguir y hasta dibujar, y que se crearon desde mí. Hoy abro mi boca, vacía de palabras ya, para mirar con intensidad hacia todos los lados.
Hoy me siento también, igual que todos. Con las mismas preguntas, pero ya sin miedo. Aquí soy yo primero, y no lo dudo. Aquí, para que mi fe me sostenga y me sosiegue cuando el amor se confunde con el llanto, y cuando la paz se encuentra en el no buscar.
Sé que cada pieza de mi vida tiene todo el sentido de ser pieza. Sé que cada red es también un hilo lineal. Sé que el balance existe, que no es una invención mental, y que puedo viajar hacia terrenos desconocidos. Me acerco un poco, con algo de curiosidad. Luego miro y me quedo así. Mi vida durará algunas décadas. Serán las necesarias para enseñarme algo, para empujarme hacia ese sendero no inventado o hacia muchos que son sólo imaginarios.
Quisiera liberarme de una vez. De esta carga que no sé de donde salió, qué nombre tiene y de qué está hecha. Pero existe, la siento y la conozco hasta cierto grado. Conozco cómo reacciono a ella y cómo me hace tener que pensar cada ligero movimiento para poder seguir viviendo.
Muchos hablan de lo malo de la inercia. Hoy yo doy gracias a la inercia, porque en muchas ocasiones te mantiene sin esfuerzo. Yo me siento carente de inercia porque me cuesta fluir, y me siento llena de inercia porque me cuesta volar. Ya no me pregunto donde quedó mi balance, porque ya aprendí que los días son sólo días y el universo no existe para responder mis preguntas.
Mi grito, de esta noche es hacia todos ustedes. Hacia quien lee, hacia quien duerme, hacia quien ama. Les grito con mucho dolor que ya es hora de levantarnos y abrazarnos. Me paro en mi punto de inflexión, me contemplo con silencio y me pido ser parte de esta tierra. Mi grito es hacia aquel a quien amo, es hacia la contemplación de mi espíritu que me pide aceptación. Mi grito es hacia mí misma para ver qué eco genero, para comprender cómo mi tono cambia cuando rebota en mí misma. Mi grito, no es otro sino un torrente de compasión y soledad, de rabia y reunión, de voz y cambio. Mi grito tiene tristeza, tiene melancolía y un poco de timidez. Mi grito, no pretende asustar a nadie, no pretende ser escuchado. Es sólo el resultado de mi ser, que desea expandirse sin medida, dentro de esta piel que contiene tantas emociones, tantos pensamientos, tantos recuerdos y tantos olores que puedo tejer varias historias en mis 26 años. Aquí estoy esta noche, sin pretensiones, haciendo entonces un llamado hacia mi interior para poder palparlo a mi alrededor.
Tonight and tomorrow.
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